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¿Psicoterapia?
Debido a la existencia de múltiples pre-conceptos erróneos, así como el estigma hacia la salud mental, es posible que uno pueda llegar a mostrarse reacio a iniciar un proceso psicoterapéutico.
Incluso cuando nos hacemos conscientes de las realidades de la terapia y nos hemos educado para desmitificar a la misma, probablemente, aún así nos sintamos nerviosos a la hora de considerar la psicoterapia como una inversión en nuestra salud mental y calidad de vida.
¡Psicoterapia!
¿Consideras que tu calidad de vida no es la que deseas? Es probable que la psicoterapia sea de ayuda.
Algunos de los motivos más comunes para asistir a psicoterapia, son coincidentemente, trastornos de salud mental, como depresión y ansiedad, o llevar un tiempo prolongado sintiéndose enojado.
En otras ocasiones, se puede requerir ayuda para sobrellevar una enfermedad crónica con alto impacto en nuestro bienestar emocional y/o físico.
Existen situaciones de vida que requieren de atención, como una pérdida laboral, la separación entre parejas, la partida de los hijos, el iniciar un nuevo trabajo o la pérdida de un ser querido.
En pocas palabras, cambios drásticos en nuestro estilo de vida, el nacimiento de un hijo, el cambio de residencia, entre otros.
La psicoterapia puede ser beneficiosa cuando nos sentimos:
- Abrumados, desamparados o acongojados.
- Con una sensación de impotencia ante un problema.
- Con dificultad para concentrarnos, o realizar actividades cotidianas.
- Excesivamente preocupados.
- Que necesitamos compensar con el consumo de drogas, alcohol o el uso inusual de violencia.
La psicoterapia puede ser un gran método de autoayuda, en cooperación con el terapeuta, podemos aprender a llevar vidas más saludables y felices.
Base fundamental para la terapia es la comunicación y el diálogo, generando un ambiente de confianza y apoyo para expresar abiertamente nuestras emociones, pensamientos y sensaciones, en un espacio seguro, libre de juicios de valor.
Es común, que al concluir el tratamiento psicoterapéutico, no solo hayamos logrado resolver el problema que nos llevó a consulta, sino que también hayamos generado destrezas para enfrentar con mayor efectividad nuevos retos y desafíos.
Tanto tu terapeuta como tú, generarán en conjunto el objetivo o metas del tratamiento, para estar claros sobre el futuro a trabajar.
El mismo esfuerzo se debe realizar entre sesiones, como reforzamiento del trabajo realizado en sesión.
Al cabo de unas sesiones podrás notar, que posiblemente, ya cuentas con una nueva perspectiva del problema, tendrás un plan de acción más claro y una sensación de tranquilidad.
La duración del proceso psicoterapéutico va a depender de muchos factores, como el problema o situación que te llevó a ella en un inicio, las características y antecedentes de cada uno de nosotros, y la situación en la que nos desenvolvemos día a día.
Algunos pacientes pueden sentir alivio tras una sesión, algunos obtienen más claridad al cabo de unas cuantas y otros necesitan este acompañamiento por un poco más de tiempo. No te juzgues, cada quien trabaja a su ritmo y todo avance, es avance.
Sin embargo, la psicoterapia no es un compromiso para toda la vida, el 50% de los pacientes de psicoterapia sienten mejoría tras 8 sesiones y el 75% mejora notablemente a los 6 meses.
Tanto tú como tu terapeuta, decidirán en conjunto cuando estés encaminándote al final de tu proceso psicoterapéutico.
Esperamos que esta descripción de un proceso psicoterapéutico general te sirva clarificar posibles dudas o para decidir dar el primer paso para ser y sentirte mejor.
¿Dudas sobre iniciar un proceso de psicoterapia? Te compartimos algunas razones sobre porque la psicoterapia es una buena inversión.
